Celebraciones como San Valentín o los aniversarios son las ocasiones en las que, como pareja, se aprovecha para salir y planear algo especial, en pocas palabras: tener una cita romántica. La verdad es que estas citas románticas en pareja solo se dan si nos va bien, pues, aunque cada quien tiene sus razones, algunos cuantos no le dan importancia al día del amor y la amistad y no lo festejan; mientras que a muchísimos otros se les termina olvidando su aniversario y por lo tanto no preparan nada fuera de la rutina o todo es organizado a última hora.
Aunque sabemos que la mayoría de las veces son las ocupaciones y responsabilidades del día a día —cuestiones que definitivamente no podemos simplemente poner a un lado— lo que nos impide planear y tener un momento romántico en pareja, siendo sinceros, estos “momentos románticos” terminan volviéndose completamente inexistentes a lo largo de todo el año. Sin embargo, es importante que le demos un espacio a nuestra relación amorosa dentro de nuestra ocupada agenda y nos tomemos el tiempo de preparar una cita de vez en cuando.
Momentos románticos
Todo lo que vale la pena requiere de esfuerzo y dedicación, y la relación con tu pareja es una de esas cosas. Procurar tener un momento en el que solo se trate de ustedes dos con toda la intención posible —esto quiere decir que no sea como de “tengo cinco minutitos libres, hagamos algo”, sino que sea completamente previsto, no tiene que ser con demasiada antelación, tal vez solo de la mañana para la tarde-noche, pero que no se dé de manera completamente espontánea ni de un momento a otro en el que en un segundo estás acostado y al siguiente ya te diriges hacia un restaurante para tener una cita—, puede traer beneficios a tu relación en pareja que la convivencia del día a día te lo agradecerán. Estos beneficios son:
1. Encontrar nuevas formas de conectar: Si tienen mucho tiempo juntos, es probable que ya conozcan muchas cosas el uno del otro; sin embargo, en estas citas todavía dejarán espacio para sacar cosas nuevas a flote, contar chistes y hablar de otras cosas que no precisamente tengan que ver con lo que hay que pagar, las necesidades de los hijos —si los hay—, o los arreglos de la casa, temas de conversación que por lo regular surgen en cualquier momento del día a día.
2. No olvidar que son una pareja: Con los eventos rutinarios que forman parte de nuestra vida, como los que describíamos en el punto anterior, a veces nos convertimos en padres, trabajadores, pagadores de cuentas, entre otras cosas, y nuestra pareja termina siendo roomie o solo un compañero —si es que no viven juntos— y muchas veces se olvida o se deja a un lado esa razón principal por la que se unieron: el amor que se tienen y lo mucho que disfrutan el uno del otro.
3. Salir de la rutina: Todos necesitamos un descanso de las preocupaciones que la vida adulta trae consigo, y qué mejor que encontrar ese escape en la persona que hemos elegido para compartir nuestra vida. Esto ayudará a la percepción inconsciente que tenemos de nuestra pareja, pues la asociaremos con aspectos positivos que mejoran nuestro día a día.
4. Propicia la comunicación: No todo se trata de risas y diversión, estos momentos románticos también se pueden prestar para hablar sobre algunos aspectos de la relación que no están avanzando o pueden mejorar, comprometerse a modificar lo que tengan que modificar, con el objetivo de que estos aspectos se hablen y no se queden estancados para que después revienten.
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